| De ED_Colon |
Amaneció radiante en medio de la niebla. Un sol de alegrías juveniles, cantos y saludos que llenaban poco a poco el gimnasio deportivo de Colón.
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A lo largo de casi diez horas nos congregamos más de mil jóvenes de todo el Estado Táchira para reflexionar y profundizar. Cantamos con Gerson su nuevo disco, titulado con el lema del encuentro: "Joven, ha llegado el tiempo". Bailamos y rezamos -sí, nosotros sabemos que se pueden hacer las dos cosas al mismo tiempo, reflexionamos y oramos, todo en un ambiente de juventud nueva.
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Joven, ha llegado el tiempo. El encuentro nos lanzó este mensaje, que parte de la Misión Continental que tan en serio nos hemos tomado en nuestra diócesis. Ha llegado el tiempo de asumir con claridad nuestra realidad juvenil, de ser jóvenes auténticos, sinceros, coherentes, de verdadera alegría. Ha llegado el tiempo de vivir en profundidad nuestra fe. Ha llegado el tiempo de cambiar el odio por amor. Ha llegado el tiempo de tomar opciones ante los caminos que nos señala el Señor.
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Y por supuesto, ha llegado el tiempo de evangelizar. Es el tiempo de asumir que nosotros somos Iglesia, y que no podemos pedir a la Iglesia desde fuera, sino hacernos jóvenes de la Iglesia que con generosidad comparten su tiempo y su vida anunciando a Cristo.
Esto y mucho más es lo que dijo y simbolizó por la tarde Mons. Mario Moronta, que en su homilía respondió a cinco preguntas que sintetizaban las inquietudes de estos jóvenes ante los problemas y necesidades que tienen los jóvenes en sus relaciones consigo mismos, con sus grupos cercanos (familia, amigos, compañeros de estudio y deporte...), con la sociedad, con Jesucristo y con la Iglesia.
Todo eso lo representó Monseñor Mario cuando, saltandose el programa, acudió al encuentro de los jóvenes que se acercaban como ofrenda bajo una red. Mario, sucesor de aquellos pescadores metidos a pescadores de hombres, llamó a los otros sacerdotes concelebrantes para que tomaran la red y la lanzaran sobre estos jóvenes. También para los presbíteros ha llegado el tiempo de liderar la pesca de tantos jóvenes que son llamados a la alegría de la fe y la coherencia con los valores de la vida.
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CONTINUARÁ




